EPISODIO 18 • BANDIDO PARTE I
Antes de dejar entrar a alguien en tu vida, haz tu análisis, como si fueras a lanzar un producto de lujo. Que no te deslumbre una carta con palabras bonitas ni flores cetrinas que huelen a teatro. El enamoramiento express no siempre es señal de amor real; a veces es solo marketing emocional barato.
CAUTIVE SEASON
5/21/20256 min read


12 de mayo en 2024 Después de un concierto de Humbe, me “echaste el ojo” y fue imposible no notarte. Quedé cautivado por una historia de Vane. Tal vez su advertencia —de que tenías una relación— hubiera bastado para frenarme, pero no me pareció descabellado que naciéramos como amigos. Bastaron apenas unos minutos para recibir tu follow back y seguir con mi vida… pero no fue tan simple.
Tus reacciones constantes me confundían: tus respuestas, tus interacciones, el que me sumaras a tu Close Friends, el que comentaras mis historias. Y, sin embargo, jamás hubo rastro de esa relación que mencionaban, como si todo fuera un secreto…
Era mi indiferencia contra tu aparente interés. Mi última relación había terminado cuatro años atrás, elegí priorizar mi carrera, priorizarme a mí. Ya no sentía por nadie. En ese entonces, de “Los Reales”, ya solo quedábamos dos: una se perdió después de enamorarse, la otra —mi bsf— ya no preguntaba qué plan había para el finde. Solo quedábamos tú y yo: salidas espontáneas, bodas de amigos, hamburguesas un sábado, planes de verano. Y tú presente, viendo todo, reaccionando… y yo sin prestarte atención.
Hasta que llegó ese sábado de junio. La única persona con quien solía salir me rompió el corazón. Algo extraño, incómodo, sin sentido. Lupita se ilusionaba con cada interacción tuya, pero yo no sentía nada, solo confusión. Era amistad, o eso creía. Era tomar tu mano por la autopista con La Romana de fondo. Era cocinar algo nuevo dentro de mí. Nacía Bandido, junto con preguntas sobre lo nuestro: ¿amistad?, ¿intimidad?, ¿saBe que romance disfrazado de juego? Al dejarme en casa, el crujido de mi corazón fue suficiente. Me perdí una semana en la playa, ahogué mis dudas en el mar. Me volví más Ornel que Octavio.
En una de esas salidas, me dijiste:
—Siempre quieres hacer todo bien, y a veces no se puede.
Y ahí, como si tu esencia se hubiese encarnado en mí, dejé de ser Onami y nació Bandido. Un nuevo yo que ya no quería verte, al menos no por un tiempo. Pero tus súplicas nunca llegaron. Tus palabras en Cancún no bastaron:
—Siempre se hace lo que tú quieres.
¿Y cuando yo necesitaba que tú hicieras algo por mí?
Julio 27. Búscame, Búscame, Búscame, un buen fin de semana para buscarme. Solo eso pedía.
Y en medio de ese descuido tuyo, y mi resurrección emocional, llegó un mensaje. Cautivador. Pidió un favor. Yo, hecho pedazos por ti y en pleno caos familiar, le respondí. Solo era clientela, pero tú, en tu ausencia, dejaste el espacio vacío para que alguien más lo ocupara. Me hablaba con admiración. Me preguntaba con dolor por qué “Reales Season” acabó tan destrozado. ¿Por despecho le di entrada?, Hoy quiere bailar la noche entera. No, no, no, le diga Hola. Tal vez. Y caí.
Agosto trajo cumpleaños, preguntas tuyas sin respuestas reales, y alguien más que sí me ofrecía atención. Me proponían planes de vida, matrimonio incluso… pero yo solo quería graduarme, verme bien, sentirme deseado, ser más cautivador. Alguien decía sentirse cautive por mi ser, más allá de un abdomen plano. Pero mis inseguridades eran más fuertes. ¿Por qué? No sé.
El último sábado de agosto, una propuesta me dejó paralizado en la regadera:
—¿Quieres ser mi novio?
Y Bandido no lo sintió. Respondió tarde, automático:
—Sí…
No dormí esa noche. Todo vibraba extraño. Lo supe. Y al día siguiente, cambié de opinión:
—No estoy listo.
Lloré. Me pidió una relación de chocolate, solo para intentar. Yo lloré más. Me pidió que no le buscara para poder superarme. Y acepté.
Septiembre llegó nublado, como mi corazón. Sus historias con letras de Luis Miguel decían que me extrañaba. Me pegaban, pero las ignoraba. Luego volviste:
—Quiero seguir en tu vida.
Mientras, llegaron de nuevo sus mensajes constantes, las tardes contándome de la oficina. Y dentro de mí, las preguntas cocinándose.
¿Dónde quedó la supuesta relación que tenía? ¿Por qué me vibra mal? ¿Por qué duele y atrae a la vez?
Me mirabas como quien lanza hechizos. Seguíamos danzando en círculos. Aunque nos separaban 40 minutos, tu ex devoraba mis historias. Reaccionaba como tú, a la par. ¿Por qué? Más preguntas… pero me gustaba ser su centro.
Hasta que, de la nada, tú también volviste a aparecer. Un martes.
—¿Volvemos a salir?
Simbolismo puro. Como nuestra primera salida a las hamburguesas en mayo, cerramos el verano con hamburguesas y confesiones. Un 7 de septiembre al atardecer, me liberé lo que no pude hacer antes. Me sanaste. Me gustó tu atención. Me gustó tu esfuerzo de vuelta. Parecía que todo volvía a estar bien. Pero ahora Bandido dudaba de lo que sentía por alguien que decía sentirse cautive por mí.
Agarrarnos la mano era confuso. Otra persona me intentaba conquistar, pero ya no sentía nada. Solo miedo. Solo confusión.
Lupita insistía:
—Atrévete a sentir, deja entrar el amor.
Lo hice. Pero si me quería tanto, ¿por qué subía indirectas sexuales que le hacía gente en NGL? ¿Por qué necesitaba atención de otras persona ? ¿Por qué empecé a sentir que me escondía? ¿Por qué me hacías sentir inseguro? Mi última relación fue amor sin celos. ¿Por qué me los despertaste tú?
Y aún así, viajaste 40 minutos con mi bsf, me preparaste una sorpresa, me diste flores cetrinas… el 20 de septiembre. Me hiciste sentir amado… y también mal vibrado.
Y tú, el 21 de septiembre me tomaste la mano:
—Ahí no es.
Y me dejaste confundido, mientras otra persona me trataba como si fuera todo. Pero tú, tú seguías ahí, volviéndome a desestabilizar.
El 23 de septiembre me felicitan todos, empieza cautive, todo parece bien. Pero el 27… me haces enojar. Me haces sentir culpable. Desapareces. Publicas otra mano que no era la mía con una michelada de pato.
Y al fin respondes, cuatro días después, con ese audio tan largo y vacío:
—Me reencontré… estoy disfrutando esta etapa… no quiero dejar de compartir contigo… vemos qué pasa después…
Y yo… indiferente.
Ni el patito, ni tus intentos de celos me importaron. “Querías que te pasaran el tequila de boca a boca en una fiesta de halloween” yo ni si quiera tomo alcohol. No me molesta que bebas, simplemente nunca fue mi mundo.
Y cuando mi mejor amiga te dice:
—Cuídale el corazón, o me vas a conocer.
Y tú respondes:
—Pero me funan en martes…
Tantas preguntas.
Ninguna respuesta.
No fue tu libertad. Fue cómo moriste en mí. Cómo te sepulté sintiendo una traición que sabía a voces. Lloré tu luto feliz… un 31 de octubre.
Te pedí un respiro como mártir. Suplicaste que no. Me ataste con cadenas disfrazadas de cariño.
Pero ya no cautivabas mi espíritu. Antes de que las flores cetrinas se marchitaran, ya buscabas consuelo en placeres ajenos. Como un pecador huyendo del altar.
Y aún más bajo: enterarme que le coqueteabas a alguien de mi equipo. A quien dejé entrar porque confiaba en ti, por tu inteligencia. No fue coincidencia. Fue una advertencia que ignoré. Las red flags estuvieron ahí. Y en enero, al saberlo, por fin lloré de nuevo.
Y gracias a eso, Bandido me ayudó a redefinir mi vida.
Hoy no quiero enamorarme. Siento indiferencia.
Quiero dinero.
Quiero la verdad.
Quiero libertad.
Bandido la está logrando.
Y aunque parecía que todo eso quedó atrás… hoy te veo con alguien más. Fue tu cumpleaños. Te deseo lo mejor, amor. Que la nueva persona encuentre la paz que yo no tuve contigo.
Pero es sospechoso: comentarios apagados, perfil más privado… ¿qué escondes ahora?, ¿a quién le estás ocultando tu historia?
Y tú, que pensé habías cambiado… que me hiciste dudar del amor.
Me salvaste y luego volviste a ser CONGELANTE.
¿Qué te pasa?
Sigues siendo importante para mí, aunque me hartan tus juegos.
Y sí, ahora sé que ya no siento nada por ti. Pero si un día vuelvo a tener una relación, quiero que sea como la atención que tú dabas…
pero real.
constante.
sin trampas.
sin mentiras.
Y a tu ex…
ahora que se nos ha muerto,
¿deberíamos aliarnos como dos fantasmas en sociedad?
Y para su tumba…
¿Recuerdas cuando decías que querías ser ‘el arte del artista’? Entonces dime… ¿te gusta cómo te estoy proyectando en esta temporada tan cautivadora?.
✦ ✦ ✦

